Beatriz Moremo López
1ºA Primaria
LA ESCUELA
Para hablar de este agente educativo nos vamos a centrar en
la escuela en general, y más concretamente en la figura del educador. El
educador es la persona que tiene la responsabilidad de educar, sea por
obligación profesional o por deber social. En el primer caso tenemos el ejemplo
típico del profesorado y en el segundo al padre o madre de familia. En el que nos vamos a centrar es en el educador profesional.
La responsabilidad del educador
del profesorado no puede limitarse a la docencia, entendida como la
facilitación de la instrucción del alumno, sino que ha de actuar sobre el
conjunto de su personalidad para lograr una dimensión en todas sus dimensiones.
En su función, el profesor no debe limitarse a “enseñar” sino que debe
orientar, planificar, socializar, dinamizar, elaborar recursos, etc.; en
definitiva todo aquello que es preciso para intervenir sobre la personalidad
del educando como sujeto personal y como miembro de una comunidad, sin
olvidarnos que el profesor es a su vez miembro de una comunidad y de una
institución social (escuela).
Todas las profesiones tienen su propia deontología, un
código ético que guía su actuación desde una perspectiva ética; baste con
recordar el caso de los médicos, abogados, etc. Y los profesionales de la
educación no son una excepción, más cuando resulta que la actividad que
desarrollan tiene siempre implicaciones morales, dado que se realiza
directamente sobre personas y con la intención de buscar su perfeccionamiento.
Y la deontología aplicada a la educación tiene otras
implicaciones que no pueden soslayarse. El educador no puede separar lo que es
de lo que hace, y los criterios morales aplicados a la actividad educativa
repercuten directamente sobre su personalidad, puesto que el ejemplo sigue
siendo pieza fundamental en la tarea de educar. El educador difícilmente podrá
educar en unos valores que no comparta, de modo que dedicarse profesionalmente
a educar supone un compromiso personal con un proyecto moral.
Los profesores deben tener en cuenta que dentro de este
marco legal y de respeto a los derechos de los restantes integrantes de la
comunidad educativa, la necesaria libertad de acción que la práctica
organizativa le reconoce al profesorado tendrá como límite la propia deontología profesional y el estado del desarrollo científico y técnico de la profesión,
además de la experiencia y reflexión personales.
El educador nunca puede olvidar que está educando a sus
alumnos y les está influenciando por lo que la figura del educador es un agente
de la educación clave en el desarrollo de la persona.
La realidad de la escuela
de hoy ha afianzado de manera afectiva en su funcionamiento derechos
individuales y sociales básicos como son el derecho de todos a la educación, la
igualdad de oportunidades, la gratuidad y la libertad de enseñanza, entendidas
como el acceso al sistema desde la red pública o desde la red privada, la libre
elección de centros por los padres y el derecho de cátedra. Ello ha sido
posible por la profunda concepción social que se ha ido gestando sobre estos
temas en los ciudadanos y por la normativa legal que lo ha desarrollado y hecho
posible a partir de la instauración de la democracia y la promulgación de la
Constitución Española de 1978.
El cambio social que se está dando en nuestra sociedad,
especialmente en la conducta de las nuevas generaciones, está propiciando en los jóvenes un comportamiento diferente en
lo que a valores y esquemas de aprendizaje tienen, comenzando a hacer su
aparición en las aulas un cierto nivel de conflicto e incluso a veces actos de
violencia que hasta hace poco eran
impensables, y a los que ahora también la escuela tiene que responder. Es
verdad que muchos de los actos de violencia que recaen en la escuela tienen su
génesis y explicación a factores exógenos a ella. Pero la escuela juega un
papel muy importante a la hora de educar a los alumnos de una buena forma y así
contrarrestar los malos efectos de la sociedad.
El multiculturalismo que aporta a las aulas la llegada de
los hijos de inmigrantes de países no europeos es otro factor importante a
considerar, puesto que está condicionando y puede transformar matices de la
convivencia escolar.
Y, no podemos olvidar que uno de los aspectos que más se
están intentando desarrollar ha sido el de la participación social en la
escuela, según la cual todos los miembros de la comunidad escolar: profesores,
estudiantes y padres deben colaborar en su funcionamiento y gobierno a través
de los órganos colegiados.
La escuela es un agente educativo clásico y esencial. Gracias
a su interacción cercana y constante han sabio transmitir, de forma explícita o
implícita los conocimientos básicos, los hábitos, las costumbres, las
tradiciones, habilidades… necesarios para que cada uno sepa afrontar su vida;
por lo que sin duda, el fracaso en su desempeño origina trastornos individuales
y/ sociales de gran repercusión personal y social.
AMIGOS
Las amistades deben ser valoradas desde una visión dialéctica,
compleja, emancipadora y transformadora en su devenir histórico social y cultural.A los
siete años, los niños/as van formando su pandilla de amigos.
El niño, junto a su pandilla de amigos, experimenta diferentes normas,
roles y las conductas aceptables o no para la sociedad donde vive, por lo que
también se erigen como un agente socializador de vital importancia en la
formación y desarrollo del individuo. Sin embargo, estas relaciones no se han
percibido como aspecto que puede mediar en la interiorización de esos valores y
en la corrección de esas conductas, cuando estos últimos constituyen el eje
central de todo un proceso educativo.
El estudio de las relaciones de amistad es
importante como elemento a tener en cuenta en el proceso educativo que reciben
los algunos niños con trastorno quizá en su ambiente familiar o bien, conductas, Estas pueden propiciar el
aprovechamiento de las potencialidades que tienen los niños y niñas, que le
posibiliten una mayor aceptación e integración social y la corrección de su conducta. Probablemente,
porque los chicos con menos habilidades sociales y con más problemas psicológicos sufrirán más rechazo y tendrán más
dificultades para establecer amistades; no obstante, también se podría pensar
en la relación inversa, es decir, en que tener amigos con los que compartir
secretos y sentimientos contribuye a un mejor ajuste psicológico.
En su gran mayoría tienden a seleccionar como
amigos a personas de su mismo género, que se les asemejen; y comparta su intimidad y que
exista cierta reciprocidad en sus ideas y conductas. Los rasgos negativos en la
personalidad del niño surgen como una forma de defenderse de vivencias penosas
y con frecuencia el comienzo de la formación de tales rasgos que se pueden
hacer estables, tienen lugar precisamente en la adolescencia. El sistema de relaciones influye en el surgimiento de las
alteraciones en la personalidad, pero también se afecta con estas alteraciones.
En resumen, la conducta es la forma
individual de cooperación del individuo con su medio. Se caracteriza por
reflejar las metas y motivaciones de cada individuo y se aprende y
adquiere a lo largo de la vida de cada sujeto. El comportamiento humano no se
basa en respuestas a los constantes estímulos que recibe el sujeto. La
conducta, no puede ser estudiada al margen de la categoría personalidad. La personalidad
regula las relaciones entre el hombre y el medio que le rodea. Es decir, para
que el niño desarrolle su personalidad y se conozca mejor a sí mismo necesita
de los demás y de la educación que le ayudarán a su formación tanto física como
integral.
LA SOCIEDAD
Toda sociedad está compuesta por un conjunto de
hombres y mujeres, adultos y niños que habitan una determinada zona geográfica,
elaboran y comparten una serie de normas, hábitos, costumbres, meta y valores.
Esta urdimbre que constituye la cultura de esa sociedad es la que sirve de lazo
de unión entre sus miembros, es la que da cohesión y consistencia a los grupos
humanos que, al ser conscientes de ellos, tratan de preservarla, educando a la
nuevas generaciones para que asimilen esas formas de vida y se integren en el
grupo, aceptando la cultura, asumiéndola y promoviéndola. Así, por una parte,
se cohesiona a la sociedad y, por otra, se garantiza su continuidad.
Este integrar a los miembros en la sociedad
supone un mecanismo de continuidad, defensa y reproducción que garantiza la
estabilidad de esa sociedad. Pero el afán de incorporar a los nuevos miembros a
la pautas de conducta y códigos valorativos del grupo, lo tiene que hacer la
sociedad apoyándose en la comunicación y en la transmisión cultural a través de
la educación. En este sentido, Dewey atribuye carácter educativo al hecho mismo
de la convivencia. Identifica vida social con comunicación y entiende que toda
comunicación, toda vida social auténtica es educativa. Por lo tanto, toda
organización social, vitalmente compartida, ha de ser educadora para quienes
participan en ella.
La sociedad se convierte así, en agente educador
al perseguir de forma especial su autoconservación, su subsistencia, y presiona
a los sujetos en multitud de instancias, y dicta normas para organizar una
educación sistemática. Los patrones de conducta y los ideales que cada sociedad
transfiere a sus miembros son los suyos propios, por lo que cada comunidad
tiene su peculiar forma de educar y no otra. Cada comunidad se preocupa de que
a través de la educación su identidad cultural perviva, se consolide y se
extienda a todos sus miembros, apoyándose en la necesidad que tiene todo
individuo de pertenecer a un grupo, de apoyarse en él y encontrar así
seguridad.
Hay que tener en cuenta que cada persona va
configurándose en interacción con la
influencia de los modos de vida compartidos por la sociedad. Pero en este
proceso de socialización inciden factores intencionales y no intencionales,
formales e informales. La sociedad trata de organizar, según sus intereses,
unos (los formales) y controlar los otros (los informales), aunque esto no
siempre será posible. En estos casos pueden producirse tensiones y conflictos
de carácter sociocultural, cuya virulencia dependerá del grado en que unos y
otros factores estén consolidados y asumidos por la generalidad. Y,
precisamente en el arraigo de esos fundamentos, que no supongan sólo
apropiación de contenidos sino asimilación de vivencias y actitudes, está el
interés prioritario de la misión educadora de la sociedad. Y es así como la
sociedad marca las pautas de acción de la educación, que le ha de servir
formando hombres y mujeres con unas características determinadas y que se
sientan a gusto integrándose en esa sociedad que les acoge, les educa y les
brinda las posibilidades de realización personal, social y profesores.
EL ESTADO.
El Estado es un agente educativo muy importante.
El papel del Estado es polifacético debido a la cantidad de recursos asignados,
a la organización y vigilancia del sistema educativo, preparando a los
maestros, es decir, sirviendo como paradigma a
través de las personas. Si éstas tienen un comportamiento corrupto y
vergonzoso, esa conducta es transmitida por vía de ejemplo al niño, al
adolescente y en general a todos los miembros de la sociedad. El más importante
de estos adultos debe ser el responsable estatal de la educación: ministro o
secretario. Ese funcionario no puede ser escogido al azar, como se hace
siempre. Quien ocupe ese cargo debe ser alguien que se haya formado para
la educación, que tenga en su conciencia todos los instrumentos psicológicos,
sociológicos y antropológicos necesario, para que, a su vez, pueda transmitir,
con su magisterio y con su ejemplo, esos conocimientos a quienes de manera directa
tienen que enfrentarse con el niño: los padres y los maestros.
El papel que desarrollan como protagonistas en la formación de la
sociedad, estrechamente vinculada con la razón de ser del Estado, tiene un
papel preponderante, por involucrarse con la comunidad donde
vive para luego prestar sus servicios en la
búsqueda de la resoluciones de los problemas más
adecuadas posibles.
Asumiendo que el rol del estado es el
bienestar social, podemos deducir, que a pesar de las intenciones del Estado,
la acción de la institución
denominada educación debe basarse en la culturización de la sociedad, que al
parecer no se encuentra orientada en esa directriz, afectados directamente por
los cambios económicos, políticos y sociales del país, lo cual le aleja de
tener un papel protagonista en el cambio social y de participar de los
beneficios que le pueden reportar la cooperación educación comunidad.
En nuestro país tenemos dispositivos
legales que nos permiten el acceso gratuito a la educación delimitada en cierta
forma, empero salvaguarda como un derecho constitucional, que además le falta
la forma de ejercer esos derechos,
por cuestión de formalismo y debiendo considerarse primero como derecho
subjetivo pasible de tutea jurisdiccional.
IGLESIA
La labor educativa se desenvuelve entre nosotros en una
situación de cambio socio-cultural, caracterizada por la secularización de la
cultura, influida por los medios masivos de comunicación y marcada por el
desarrollo económico que, si bien ha representado algún progreso, no ha
suscitado los cambios requeridos para una sociedad más justa y equilibrada.
La
iglesia como agente educativo propone en su actividad educadora tener en cuenta
el valor de la educación religiosa en nuestra sociedad, por tanto, el papel de
la Iglesia se propone alcanzar una serie de retos.
La
enseñanza religiosa escolar se plantea y se ofrece desde la Iglesia a la
sociedad como una materia escolar que contribuye a la formación integral de los
alumnos, con el carácter sistemático y académico de cualquier materia; esta
enseñanza está garantizada por la Iglesia y ha de ser impartida desde una
actitud creyente; y se entiende como síntesis de fe y cultura, puesto que la fe
se vive en una cultura determinada, y en el desarrollo humano del creyente han de
integrarse armónicamente cultura y fe.
MODA
E ÍDOLOS.
El
papel tanto de la moda como el de los ídolos influye de alguna manera en la
Sociedad, concretamente en niños y jóvenes. Estos buscan ídolos a los que
admirar e imitar para configurar en muchos casos su personalidad.
A
veces, la sociedad admira a ciertas personas a las que ni siquiera conoce y las
consideran guías de su pleno desarrollo personal.
El
valor de los ídolos más que la figura en sí, es
la actitud de los jóvenes hacia ellos. Puede ser una buena herramienta
para ayudar a que las personas se desarrollen como tal, aunque por otro lado,
al no tener completamente afianzada la personalidad muchos niños y adolescentes
ven en ellos las cualidades que ellos aún no tienen, creyéndose inferiores. Por
lo que en este caso estamos hablando de una influencia negativa a la juventud.
En
muchas ocasiones, se piensa en ídolos más bien inalcanzables. Sin embargo, la
sociedad no es consciente de ello, no es
consciente de que sus ídolos o referentes de personas muy cercanas a ellos como
sus padres, profesores, amigos, son verdaderamente sus ídolos.
Y ahora nos vamos a centrar en : LA FAMILIA.
LA FAMILIA
La
importancia de la familia se relaciona con el apareamiento, crianza de la prole
y el parentesco, aunque lo que distingue a la familia humana es su papel
socializador concentrado en la formación de la personalidad sociocultural de
los hijos. Cada sociedad matiza las formas familiares relativas al matrimonio,
la filiación y el parentesco, los respectivos papeles, normas y concepciones
transmitidas a sus nuevos miembros. La familia ha evolucionado al mismo ritmo
de la sociedad, siendo el control de la natalidad y la incorporación de la
mujer al trabajo productivo los cambios más significados; también ha cambiado
en la actual sociedad tecnológica y de masas su dimensión socializadora.
La
construcción histórica de los géneros hombre y mujer responde a cuestiones
ideológicas y culturales; dada su fisiología reproductora el papel de la mujer
se ha configurado en torno a la maternidad, crianza de los hijos y reproducción
simbólica, debido a que su comportamiento lingüístico es muy útil para crear un
mundo significativo en los hijos. La mujer en el presente está preparada para
desempeñar trabajos como los hombres aunque el desarrollo de los papeles de la
mujer, esposa y madre requiere de una actuación recíproca del hombre.
La
convivencia de los hombres y mujeres necesita de una socialización conjunta o
coeducación en los ámbitos familiar y escolar; pues la familia sigue siendo una
agencia educativa aunque actúe de una manera sistemática e informal.
Corresponde a la familia y a la escuela la maduración de la personalidad de los
hijos, para lo que resulta necesario el diálogo entre profesores, alumnos y
padres; colaboración que se extiende a la propia gestión de los centros
educativos.
La familia
es una institución enculturadora viva y como agencia educativa ocupa un papel
fundamental en la socialización de los niños y jóvenes; aunque este papel
tradicional familiar es compartido por el Estado, la escuela y los medios de
comunicación. Las funciones de la agencia educativa familiar comienzan con el
nacimiento del niño, pues los primeros sonidos y rudimentos culturales son
familiares, como también lo son las actitudes y valores morales subordinados a
las conductas de protección, alimentación u organización del grupo familiar.
FAMILIA Y
ESCUELA
Ø ¿QUÉ RELACIÓN HAY ENTRE ELLAS?
La familia y la escuela comparten la responsabilidad de
madurar las personalidades infantiles y juveniles, con el nuevo protagonismo de
los compañeros y profesores. El maestro actúa como un segundo padre para el
alumno, pues el niño pasa más tiempo en la escuela que en el área familiar. La
relación maestro- alumno incluye, además de la formación intelectual, la
dimensión socializadora para poder comunicarse y convivir con las demás
personas de la sociedad.
Depende de la buena o mala experiencia socializadora familiar
que el niño sea introvertido o no, al relacionarse con sus nuevos compañeros y
profesores. Los problemas familiares harán del educando un ser problemático en
la escuela ya que la transición familia- escuela resulta difícil para el niño;
el profesor debe conocer su vida personal mediant entrevistas con él y sus
padres. Y las principales diferencias entre los escolares se derivan de los
distintos estilos de vida socioculturales de las familias, aunque nos siempre
un estatus familiar elevado se corresponde con un rendimiento escolar alto.
Resulta por tanto, decisivo para el aprendizaje y la
formación del estilo de vida del escolar, las actitudes y valores familiares;
una escuela receptiva con la sociedad debe intentar actitudes formativas tanto
en el aula como en la sociedad.
El diálogo de los profesores con alumnos y padres pretende
una acción y relación coordinadas en la educación del hijo. En todas las
dimensiones de la persona la acción educativa de los padres y de la escuela
puede ser coincidente o complementaria. Por lo tanto, la comunidad escolar debe
conocer y resolver las necesidades madurativas del niño en relación a su
cuerpo, inteligencia, afectividad, expresión audiovisual y oral, su libertad,
creencias, valores, proyecto personal y comunitario para su vida. La educación
formal escolar asume de esta manera su papel enculturador supliendo a la
familia en la formación y orientación profesional de los hijos.
La necesaria colaboración entre la familia y la escuela se
realiza en un marco jurídico que expresa la concepción educativa del poder
político hegemónico en cada momento histórico.
En España desde la llegada de la democracia a la escuela, se
han experimentado nuevos modelos de participación escolar estando vigentes las
posibilidades derivadas de la LODE del año 1985. Las asociaciones de padres y
alumnos pueden participar en la educación y gestión de los centros, donde sus
hijos son educados.
Los padres participan, junto a los profesores y
representantes de la sociedad local en el Consejo Escolar que gestiona y
controla cada centro.
Como agencia educativa la familia actúa de forma sistemática
e informal, compartiendo con la escuela responsabilidad en la maduración de la
personalidad de los hijos: por ello se hace necesario el diálogo y la
comunicación entre estos miembros de la comunidad educativo.
FAMILIA Y SOCIEDAD
Las nuevas condiciones de la sociedad ha transformado a la
sociedad en relación al pasado, sobretodo en los tradicionales papeles
familiares, pues el aumento de separaciones y divorcios en muchas ocasiones
significa la apertura de otra puerta hacia un nuevo domicilio familiar. Para
conocer esta permanente realidad de la familia es necesaria una aproximación
que abarca las distintas perspectivas explicativas de una conducta social de
tanta importancia.
Desde el campo de la sociología y antropología se viene
afirmando hace tiempo que la familia ha
sido la base de la organización social y está directamente relaciona con la
característica de la especie humana, compartida con otros animales para el
apareamiento sexual y crianza de los hijos. Las sociedades humanas han
institucionalizado la pareja sexual en forma de matrimonio reconocido
constituyéndose en las sociedades preindustriales por la extensión de la
reciprocidad de los cónyuges hacia sus parientes.
La universalidad de la familia viene matizada por las
características de la sociedad relativas a los matrimonios y la parentela, a
las reglas de filiación y papeles de sus miembros fuera y dentro de la familia
así como las normas y concepciones que junto a los bienes materiales se
transmiten a las nuevas generaciones.
EDUCACIÓN FAMILIAR
La posibilidad de realizar conjuntamente los distintos
papeles de esposa, madre y mujer, requiere de un pensamiento donde la
reciprocidad del varón actúe hacia la mujer conjugando los criterios de
diferencia e igualdad en vez de la inferioridad o la superioridad. La
reciprocidad entre lo masculino y lo femenino pretende cancelar las barreras
fundadas en unos papeles sociales que pueden ser desarrollados por uno o por
otro sexo. Tanto la familia como la escuela siguen actuando bajo un control
masculino, por ello no solo la familia debe comenzar a cambiar las actitudes
sino también la escuela incorporando un currículo donde se incluya junto a la experiencia
de los hombres la silenciada de las mujeres.
Los niños van construyendo un conocimiento social de la
realidad a través de su actividad y experiencia, imitando a sus personajes
preferidos, observando a sus padres y a sus profesores, preguntando, experimentando
relaciones, aplicando su moralidad; esta interacción cognitiva les permite
elaborar concepciones sobre el significado de su sexualidad.
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